Bernanke o Draghi son conocidos por millones de ciudadanos por encima de muchos dirigentes políticos. El protagonismo de los gobernadores de los bancos centrales -personajes que según la ortodoxia del sector deben ser "aburridos" y poco conocidos- es un fenómeno nuevo provocado por la crisis y las medidas extraordinarias que se han visto obligados a tomar. Las inyecciones de liquidez o las compras de directas de deuda pública o privada han hipertrofiado sus balances hasta el punto de aumentarlos un 300 por cien desde 2007. El BCE dispone de casi 3 billones en activos. Igual que han engordado el balance, los bancos centrales tendrán en algún momento que adelgazarlo. La clave es que sepan elegir cuándo para no dañar el crecimiento.