El expresidente de CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, ingresó ayer en prisión. El juez le acusa de alzamiento de bienes, blanqueo de capitales e insolvencia punible. Alguien como Díaz Ferrán nunca debió presidir CEOE; su actuación arroja un baldón sobre la patronal que a la mayoría de los empresarios les resulta difícil de digerir cuando compiten cada día de forma honrada.
Deben tomar nota para que no se vuelva a repetir y evitar que les representen personas indignas de ello. El lunes pedíamos la dimisión de Mónica Oriol como presidenta del Círculo de Empresarios, por ser responsable de Seguriber, la empresa encargada de la seguridad en el caso Madrid Arena. Lo ocurrido con Díaz Ferrán muestra las consecuencias de no actuar a tiempo.