El PIB se contrajo un 0,3% en el tercer trimestre. Seguimos en recesión, pero se esperaba una caída del 0,4% y en las circunstancias actuales es alentadora esta corrección al alza. Hace prever que el año cierre con una contracción del PIB del 1,3%, frente al -1,7% previsto. El Gobierno considera que hay motivos para el optimismo por esta evolución de la economía y los buenos resultados de la balanza comercial. También cuenta que el paro en el sector privado parece tocar suelo y confía en la reforma financiera para reactivar el crédito. Buenos indicios, pero claramente insuficientes. No sabemos qué pasa con el rescate y cómo financiaremos nuestra deuda en 2013. Es muy pronto para echar las campanas al vuelo.