Editoriales

Editorial: Unos Presupuestos para el rescate

El Congreso rechazó ayer las enmiendas a la totalidad contra los Presupuestos para 2013. Unas cuentas públicas que parten de unos supuestos que rechazan la mayoría de los analistas, al considerar que el comportamiento de la economía española va a ser mucho peor que la caída del 0,5% que establece en sus cuentas el Gobierno. La pregunta es de dónde saca el Ejecutivo su optimismo. Hay algunos resultados -anticipo de compras con motivo de la subida del IVA, cierre en positivo de la balanza comercial y haber emitido el 90% de la deuda de este año- en los que se apoya el área económica para defender una relativa mejoría en esta última parte de 2012. Sin embargo, no sirve para explicar que en 2013 la situación mejore.

¿En que confía, entonces, Mariano Rajoy? Se piensa que con la puesta en marcha del banco malo las entidades se desprenderán de 70.000 millones en activos tóxicos, que revertirán a la economía real al posibilitar que a lo largo del año vuelva a fluir el crédito. Además, el Gobierno, aunque no lo reconoce, está preparando la petición de rescate, que rebajaría la prima de riesgo en un 50%. Sólo así se puede explicar el diseño de los Presupuestos de 2013 y la previsión de PIB. El acuerdo que alcanzó ayer Grecia con la troika añade un factor de estabilidad y allana el camino a la solicitud española. Draghi también se ocupó de disipar los recelos de los parlamentarios alemanes, a quienes dejó claro que el BCE no financiará directamente a los Estados y que la ayuda estará sometida a condicionalidad. Merkel, que tiene la última palabra, sólo apoyará un rescate clásico. Ése es el escenario en el que se basa Montoro para su Presupuesto. Sólo queda ver si se cumple.

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