La morosidad de bancos y cajas sigue escalando peldaños y batiendo récords, pese a la continua caída de la cartera crediticia. En agosto alcanzó 178.597 millones, un 10,51% del sistema financiero, cifra que equivale al 17% del PIB. Además de las dificultades de empresas y particulares por hacer frente a sus obligaciones, la razón de esta nueva escalada obedece al nuevo criterio contable de las entidades financieras, que siguiendo las pautas de la reforma financiera han comenzado a contabilizar como potencialmente morosos préstamos de dudoso cobro ligados a la actividad inmobiliaria. Y lo peor es que la escalada de la mora proseguirá, al menos hasta que se estabilice el mercado inmobiliario, la economía comience a crecer y se genere empleo.
