Con el paso de los días va quedando clara la estrategia de Artur Mas, que ayer convocó elecciones anticipadas en Cataluña el 25 de noviembre. A finales de agosto, la Generalitat anunció que necesitaría ayuda del Estado ante los problemas presupuestarios que atraviesa y la imposibilidad de obtener financiación en los mercados. Valencia y Murcia hicieron un anuncio similar y ayer se unió Andalucía que, tras semanas de amagar con que no sería necesario, va a necesitar casi 5.000 millones de euros. En ninguno de los casos causó sorpresa la petición, pues son públicas y notorias las dificultades que atraviesan muchas autonomías y, en especial, las citadas.
En cambio, sí sorprendió que Artur Mas dijese, al tiempo que solicitaba ayuda, que no admitiría condiciones por recibirla. A partir de ese momento, cuando el Gobierno responde que todo rescate lleva implícitas condiciones, Mas empieza a alentar el sentimiento independentista. Primero, en la celebración de la Diada, después con el órdago del pacto fiscal y una semana antes de la V Conferencia de Presidentes autonómicos convoca elecciones. Se acaban de conocer las condiciones que impone el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) para las autonomías que lo utilicen y son muy razonables. Este dinero sólo se puede emplear en vencimiento de deuda, para saldar deuda comercial de proveedores o para transferirlo a entes locales y universidades.
elLógicamente, nunca para financiar gasto corriente -personal, teles autonómicas u oficinas en el exterior-. Se deben discutir cambios en el sistema de financiación, pero previamente hay que resolver los problemas urgentes y seguir las reglas del juego en un momento en que es prioritario para todos salir de esta crisis.
