Dos años de dinero barato e inundar el mercado de dólares para intentar torcerle el brazo a la crisis. Ésta es la receta de Bernanke, que ayer lanzó una tercera ronda de estímulos (QE3) para inyectar 40.000 millones de dólares al mes. El objetivo es recuperar el sector inmobiliario y bajar el paro al 6 por ciento en 2015.
El presidente de la Fed se reservó decir por cuánto tiempo administrará esta medicina, pero aseguró que no retirará los estímulos hasta que tenga la seguridad de que el desempleo disminuye de manera sostenible. Las sucesivas inyecciones de dinero han dado lugar a débiles recuperaciones, sin que la economía norteamericana alcance velocidad de crucero. Bernanke reconoce que no tiene la panacea y teme asomarse al precipicio fiscal.