La política de compra de deuda que Draghi va a poner en marcha quiere dar tiempo a los Gobiernos de España, Italia y los países con problemas para que hagan los ajustes y reformas necesarios sin ver penalizados los intereses de su deuda. Éste es el principal problema con que se enfrentan quienes hacen los deberes, cuyo cumplimiento se complica por un enedeudamiento que no deja de crecer. Frente a la política de la Reserva Federal, que compra deuda a largo plazo, el BCE comprará deuda en el mercado secundario a corto plazo para cumplir con la ortodoxía alemana, que considera negativas -una "droga"- las adquisiciones a largo plazo. Ahora hay que fijarse en la prima de riesgo a corto plazo. Un buen indicio: desde mayo cayó a mínimos y se sitúa en 208 puntos.