Los seguros del automóvil han dejado de ser un gran negocio para las compañías aseguradoras, acostumbradas a elevar cada año el precio de sus pólizas. Sin embargo, desde el estallido de la crisis la situación ha cambiado radicalmente. Tanto, que en los últimos cuatro años las tarifas se han desplomado un 12,2%, retrocediendo a niveles de 2001.
La causa principal de esta vuelta al pasado hay que buscarla en la caída de las ventas de turismos nuevos (19,2% en 2011) y la menor cobertura exigida por los propietarios de coches cada vez más antiguos. Para alivio de las aseguradoras, la caída del precio de las pólizas ha ido aparejada de una menor siniestralidad, fruto del menor uso del coche como medio de transporte.