Las treinta fusiones bancarias llevadas a cabo desde el año 2009 y las distintas reformas realizadas por los Gobiernos del PSOE y del PP han supuesto un esfuerzo sin precedentes en la reciente historia financiera de España. Sin embargo, la profunda reconversión no puede todavía calificarse de completa, porque las duplicidades surgidas en los órganos de dirección siguen prácticamente intactas.
Tanto es así, que la banca sólo ha reducido un 6,5% el número de altos cargos, mientras las plantillas de bancos y antiguas cajas se han ajustado un 15,6%. Un agravio comparativo difícil de justificar ante una ciudadanía que está sufriendo en sus propias carnes los ajustes de la crisis, provocada por un sector dado a cometer excesos.