Seis días después de empeorar las previsiones de crecimiento, déficit público y desempleo, y de recordar que España debe realizar nuevos esfuerzos en el ámbito de las comunidades autónomas, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) se ha deshecho en elogios hacia los ajustes llevados a cabo por el Gobierno. El sutil giro dado por su directora gerente, Christine Lagarde, encierra una doble lectura: en el supuesto caso de que España opte finalmente por pedir el rescate no le exigiría muchos más recortes de los llevados a cabo hasta la fecha. Una opción de la que el presidente Mariano Rajoy no quiere ni oír hablar, pero que no debe ser descartada si las autoridades monetarias no adoptan decisiones inmediatas.
