Las declaraciones del ministro Cristóbal Montoro justificando la subida del IVA y las medidas sobre los funcionarios públicos levantaron ayer una gran polvareda. Tras su crudeza -"si no sube la recaudación estamos en riesgo de no pagar las nóminas"- se esconde una realidad tangible: la caja está vacía.
La ciudadanía debe admitir la delicada situación del país y las comunidades, que han generado gran parte del problema, deben cumplir con sus compromisos fiscales.
Entre otras razones, porque el Gobierno presentará el viernes sus proyecciones macroeconómicas y el techo de gasto para 2013, que estará marcado por la recesión. Ante este ejercicio de realismo el Gobierno debe afrontar de una vez por todas la reorganización del gasto público.