Saludo desde los medios con aplausos comedidos. Ese podía ser el simil taurino de la subasta celebrada ayer por el Tesoro, que logró colocar 3.650 millones de euros en letras a 12 y 18 meses, por encima del objetivo máximo previsto situado en 3.500 millones. Respecto al 5,10% abonado en junio, la rentabilidad media satisfecha alcanzó el 3,9 y el 4,2%, respectivamente.
Pese al éxito moderado alcanzado, el primer gran examen tras la reforma aprobada tendrá lugar mañana con la subasta de bonos a 2, 5 y 7 años. La razón no es otra que los problemas de España para obtener financiación en los mercados a medio y largo plazo. La subasta no resuelve nada, porque la presión sobre la prima va a seguir estando elevada.