Editoriales

Editorial: Despidos de alto voltaje

La subida impositiva que se aplicará al sector energético ha provocado un terremoto en las empresas, que anuncian que se quedarán sin beneficios y se verán obligadas a cerrar centros. Una de las consecuencias más duras en el momento actual va a ser la destrucción de tejido industrial y la pérdida de puestos de trabajo, cuyo impacto directo puede alcanzar los 10.000. Las empresas del sector, y en primer lugar las eléctricas, que son las que se consideran más afectadas, se sienten engañadas y aseguran que "la pretendida reforma energética" se ha quedado en un mero ejercicio recaudatorio, con consecuencias no solo para el sector sino sobre los consumidores y la sociedad en general.

Además de las pérdidas en bolsa, que se juntan con un ejercicio especialmente negativo, la subida tributaria afecta directamente a la capacidad de inversión de las compañías, que prevén un beneficio cero como consecuencia de la subida de impuestos. Si no pueden invertir, muchas empresas se verán abocadas al cierre y ello afectará también a los proveedores de productos y servicios, que sumarán un paro inducido al que se producirá directamente en el sector por la pérdida de actividad.

Es importante solucionar el problema del déficit de tarifa, que con 25.000 millones de cuantía, representa una losa sobre las cuentas públicas y pone de manifiesto como una mala gestión política de un sector estratégico para la economía, deriva en catástrofe laboral y empresarial. Durante años, hemos pagado la electricidad a un precio muy inferior a su coste. No obstante, en un momento como el actual, los ajustes son imprescindibles y todos los sectores han de contribuir con su parte de sacrificio.

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