Esta semana el Tesoro español afronta el primer examen de los mercados a las medidas de ajuste adoptadas por el Ejecutivo de Mariano Rajoy. Aun cuando la acogida sea favorable, será difícil que se produzca una bajada importante del interés que paga España por colocar su deuda. Lo previsible es que se produzca una caída suave, más en las letras a corto plazo que en los bonos. Cuando los inversores recuperan la confianza en un país empiezan a demandar el largo plazo y los tipos bajan a niveles razonables. En ese momento podremos asegurar que hemos dado un paso importante y que hemos superado el peligro del cierre de los mercados y del rescate del país. Cuanto menos tiempo se tarde en recuperar la confianza, menos pagaremos en intereses de la deuda.