La Seguridad Social reconoce que está a punto de perder el superávit. En mayo, el sistema de pensiones tuvo un saldo positivo de 7.906,97 millones de euros, que necesita para pagar la extraordinaria de junio. A partir de ese momento, la caída de los ingresos por cotizaciones -ligados a la evolución del empleo- dificultará la obtención de un saldo positivo. Para enjugar este desequilibrio, el sistema tiene ahorros -no sólo el Fondo de Reserva (67.948 millones), sino también el Fondo de Prevención (7.000 millones)-, y no necesita endeudarse. Las pensiones no corren peligro, pero se sabía que esta situación se iba a producir y se debían haber mantenido congeladas. Ahora la solución puede ser más dolorosa, como ya había advertido Bruselas.