Ahorrar 560 millones de euros. Esa es la cifra redonda que el Ministerio de Sanidad dejará de gastar anualmente, tras decidir no financiar con dinero público medicamentos de uso corriente en los hogares como la aspirina, el paracetamol y el Almax. Hasta la fecha, las arcas del Estado aportan el 60% del precio de estos medicamentos recetados, tanto genéricos como de marca, y el ciudadano el 40% restante. Sin embargo y tras la entrada en vigor de la medida, pactada con los laboratorios farmacéuticos, los ciudadanos que acudan a una farmacia deberán asumir el coste total del producto, incluidos los jubilados. Sin duda una decisión impopular entre los más mayores, pero necesaria para recortar la sangría de dinero público.
