Editoriales

Editorial: Angela Merkel se enroca

Angela Merkel dejó ayer bien claro que se niega a adoptar decisiones que en este momento podrían aliviar la presión sobre España: eurobonos, compra de deuda por parte del BCE o acelerar el proceso de unión bancaria y fiscal. "No hay soluciones milagro y lo fácil no siempre es lo mejor", argumenta la canciller alemana enrocada en una posición, que impide que se tomen las medidas necesarias, aunque sean arriesgadas, para evitar el lento y agónico naufragio de la Eurozona. Los Estados del centro y del norte no pueden pensar ilusamente que el agua sólo anegará los camarotes de tercera, mientras el FMI advierte que para solucionar el problema es necesaria una mayor integración europea.

Más Europa es la solución que cada vez reclaman más voces. Para ello es preciso acabar con muchos prejuicios nacionalistas -los viejos demonios familiares que pretendieron conjurar los fundadores de la UE- y admitir que el club del euro supone obligaciones para todos. Igual que hay que cumplir unos requisitos sobre déficit y deuda, son inevitables las transferencias de unos Estados a otros. De esto, los europeos tenemos amplia experiencia y debemos usarla. La República Federal de Alemania cargó con el coste de la unificación con la República Democrática Alemana y recibió el apoyo de sus socios. La Italia desarrollada del norte contribuye con su esfuerzo a la mejora del sur. En España, el modelo autonómico tiene mecanismos para paliar los desequilibrios regionales. Merkel debe dar una respuesta que desbloquee la situación, cuando ya han saltado las alarmas en todos los países periféricos. Vencer las resistencias dentro de su partido y de sus aliados de Gobierno, antes de que el naufragio sea inevitable.

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