La junta general de accionistas que el próximo jueves celebra Caixabank supondrá el pistoletazo de salida para activar su fusión con Banca Cívica. Tras rendir cuentas anuales a los accionistas, los equipos directivos de las dos entidades financieras comenzarán a poner en marcha los acuerdos que han ido perfilando en las reuniones de trabajo que han desarrollado en las últimas semanas. Entre ellos destaca la optimización de la amplia red de oficinas, que en la actualidad está formada por 6.500 sucursales. La duplicidad aflorada tras la absorción de Banca Cívica aconseja ajustar una de las mayores redes bancarias del país a las necesidades geográficas, con el objetivo prioritario de reducir los costes de explotación. El plan inicial de Caixabank consiste en clausurar entre 500 y 600 oficinas, que equivalen al 10% del total.
Las mayores duplicidades se producen en Madrid y Andalucía, mientras las zonas que ofrecen menores coincidencias son Navarra, Canarias y Castilla-León. Tras reajustar su red comercial Caixabank, la mayor entidad española con 345.000 millones de euros en activos, reducirá ligeramente su cuota de mercado, al pasar del 16,2% al 15%, tal y como recoge el plan estratégico elaborado para el periodo 2011-2014. El recorte de sucursales conllevará una segunda parte, más dolorosa, consistente en un ajuste de la capacidad laboral aún no definida, que en todo caso será negociada con los sindicatos y comité de empresa.