Hacienda parece decidida a aumentar los ingresos por la vía de suprimir deducciones en el Impuesto sobre Sociedades. Se considera que este tributo tiene un tipo efectivo -lo que se paga después de las deducciones- sensiblemente más bajo del 30%. Llama la atención la actitud del Gobierno en relación con la fiscalidad. Inicialmente no iba a subir impuestos, pero nada más tomar posesión incrementó el IRPF; el IVA, este año no sube, pero el próximo no se sabe, y ahora parece que la decisión se centra en Sociedades.
No parece un ejemplo de planificación fiscal, sino de todo lo contrario y con esta actitud se corre el peligro de incrementar la recaudación por un lado y reducirla por otro. En este sentido es importante el efecto que pueda tener la supresión de deducciones sobre la competitividad de nuestras empresas y sobre sus cuentas de explotación. Un ejemplo: si se habla de suprimir la deducción por patrocinio puede resultar muy afectado el deporte español, que recibe mucha financiación extrapresupuestaria por esta vía.
Es posible que Hacienda esté apuntando a un asunto mucho más delicado y con más impacto en la recaudación: la supresión de la deducibilidad de los intereses de la deuda de las empresas. Una medida que Alemania ya aplica y con la que Francia ha mostrado su desacuerdo.
¿Habrá sido una sugerencia de Merkel a Rajoy? Sarkozy le dijo no a su colega alemana. El Gobierno no puede adoptar una posición dubitativa sobre los impuestos, ni crear desconfianza e incertidumbre ante la idea de que lo que se dice un día puede ser corregido al siguiente. Si realmente el PP planteaba antes de las elecciones que se podía arreglar la situación sin aumentar tributos, ha perdido la oportunidad de demostrarlo.