Europa no va a ceder todavía en su búsqueda de la austeridad. La Comisión quiere ver primero los Presupuestos elaborados por España y comprobar que está haciendo un esfuerzo riguroso antes de relajar el objetivo del déficit público desde el 4,4% del PIB exigido para 2012. En la cumbre de ayer, el Ejecutivo esperaba que la UE le brindase un punto de margen y sólo tuviese que reducir el déficit en este ejercicio hasta el 5,4. Pero este Gobierno aún no tiene ganado el crédito en Europa como tanto le gusta presumir. Es cierto que ha adoptado medidas, pero la caída de la prima de riesgo hasta rozar los 300 puntos se debe sobre todo a las inyecciones de liquidez del BCE, que los bancos destinan a unas carteras de deuda pública en aumento gracias a unos suculentos intereses. Así que el Gabinete de Rajoy debe aplicarse en los deberes.
Han cantado victoria demasiado pronto. Resultó fácil anunciar un alza de impuestos, ¿pero no habría sido más coherente ante los ciudadanos aplicar primero un fuerte recorte? Y quizá sería bueno graduar el ajuste para afectar lo menos posible al crecimiento. Pero por mucho que el Ejecutivo afirme que basta con establecer una senda creíble de contención del gasto... con un déficit en el 8,51%, España sigue posponiendo la tarea. Se debió emprender antes el ajuste y ahora ya tendría el beneplácito de Europa. En poco ayuda que la UE tenga noticias de que la reducción presupuestaria se ha supeditado a unas elecciones en Andalucía. ¿Ésa es la forma de granjearse el respeto? La Comisión hace bien al apretar las tuercas y exigir hechos. Una vez los haya, podrá permitir una relajación, sobre todo porque una coyuntura a la baja lastrará cualquier proyección de ingresos.
