A estas alturas, es más que probable que el Gobierno tenga una idea bastante aproximada de cómo se va a cerrar el ejercicio 2011. Y también la tenía a finales de diciembre, cuando anunció que el déficit se situaría ligeramente por encima del 8 por ciento. Rajoy no hablaba a humo de pajas, sino, como hacen todos los Ejecutivos, con la estimación de liquidación provisional que facilita la Intervención del Estado. Por lo tanto, es muy difícil que Bruselas pueda tener ningún tipo de sospechas sobre unas cifras que todavía no le han sido facilitadas. Esto no se producirá hasta el 3 de abril. Así, resulta falaz afirmar que la Comisión Europea pueda sancionar a un Estado miembro en base a conjeturas, e indica como mínimo ignorancia, si no hay mala intención...
