La reunión de varios ministros con los principales líderes empresariales presentó dos ideas en principio interesantes: que los empresarios puedan acompañar en sus viajes al Rey y al presidente. Y que el servicio diplomático se ponga al servicio de las empresas. Sin embargo, las grandes compañías ya poseen el músculo para moverse fuera, tal y como han demostrado. El problema radica en unas pymes con escaso tamaño, y parece muy dudoso que el servicio diplomático realmente pueda adaptarse a sus necesidades cuando nunca lo ha hecho.
La foto nos recuerda a las que se hizo Zapatero con banqueros y empresarios... y ya sabemos a qué se dedicaron las compañías que visitaron al presidente: sólo preguntaron qué había de lo suyo. Los españoles ya están hartos de estas escenificaciones.