Editoriales

Editorial: La austeridad no basta

Con el problema griego todavía por resolver, el siguiente capítulo de la crisis europea consiste en establecer un cortafuegos que impida que el contagio se cebe aún más con el resto de periféricos, en especial Italia y España, los dos países demasiado grandes como para ser rescatados. En los últimos días, se ha visto cómo la prima de riesgo española ha repuntado ligeramente mientras que la italiana se contraía, en un movimiento que en Bruselas se interpreta como una progresiva confluencia de los destinos de Roma y Madrid. Por eso, Van Rompuy ha pedido a España que anuncie las reformas antes de la cumbre europea del 30 de enero. Y eso ha exigido Rajoy a sus ministros.

Aunque a cambio los españoles piensan solicitar a la UE que se pueda repartir en dos años el esfuerzo de cumplir con el déficit del 3%, de modo que este año no se tenga que concentrar todo el brutal esfuerzo de recortar desde el 8 hasta el 4,4 de déficit. Si se logra que lo apruebe toda Europa, se antoja una medida razonable, máxime cuando ayer el Banco de España certificaba para 2012 un hundimiento del PIB del 1,5% con la consiguiente pérdida de empleo. El eje francoalemán debe replantear su estrategia, porque a fuerza de austeridad todos pueden terminar como Grecia. Lagarde explicó ayer que una crisis de liquidez se está convirtiendo en una de solvencia justo porque no se están poniendo las barreras que calmen al mercado. Por ahora, la asistencia del BCE funciona. Pero si se deja todo en las manos de un fondo de rescate escaso de recursos, entonces volverán a lastrarnos las turbulencias conforme la espiral recesiva de la austeridad se enquiste.

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