La banca ya pierde dinero en España. Así lo reflejan los datos del supervisor del tercer trimestre de 2011, el último publicado, que muestran que en el pasado verano bancos y cajas cosecharon números rojos por 780 millones. El paulatino y continuado deterioro de sus cuentas, por los menores ingresos, las dificultades de financiación y el peso de sus activos problemáticos hace necesario que la reforma financiera se calibre al milímetro con tal de evitar penurias añadidas al sector.
Es esencial sanear el sistema y evitar caer en los errores más recientes. El objetivo sólo puede ser uno, aunque para obtenerlo sea preciso un sistema de ayudas públicas y dejar caer a alguna entidad. Y ése es el de devolver a las entidades a una situación en las que les sea posible conceder créditos.