Hay concesionarios de coches que sólo reciben la visita de un potencial cliente a la semana. Para mitigar en la medida de lo posible un negocio venido a menos por el galopante paro y la falta de financiación, los fabricantes siguen lanzando agresivas campañas comerciales basadas en los descuentos por la entrega de vehículos, generalmente con una edad superior a los 10 años. La estrategia no es nueva, pero acaba por erosionar, aún más si cabe, la rentabilidad de la distribución de coches, actividad que el pasado año prescindió de más de 5.000 puestos de trabajo y que acabó en números rojos.
El sector espera como agua de mayo la reedición de un plan Prever por parte del Gobierno que, como ya se ha demostrado, sólo sirve para elevar las ventas de forma artificial.
