El viento sigue soplando a favor del Tesoro Público español. Ayer, y por quinta subasta consecutiva, colocó deuda a un interés inferior al pagado en la misma emisión del mes anterior. Una abundante demanda de 16.000 millones de euros lo hizo posible. Esa combinación de menores costes y alto apetito evoca al Banco Central Europeo (BCE). Su extraordinaria política, mediante la que inyecta toda la liquidez que la banca le pide, es la que está propiciando que los países se financien con holgura en el arranque de 2012, puesto que las entidades son las que nutren principalmente esa demanda. El BCE, por tanto, va logrando su propósito de desatascar las cañerías del sistema financiero. Es el primer paso, de los muchos que hacen falta, para que el crédito vuelva.