La publicidad se suma ahora al escenario de adversidad que encaran las televisiones autonómicas. Las cadenas regionales lideran las caídas de la facturación publicitaria, con descensos del 27%. Y se espera que esta tendencia de declive se agrave. El varapalo publicitario es un factor más que se suma a la presión que supone la tónica de tijeretazos que afrontan estos entes y al discurso favorable a su privatización. El PP prevé modificar la ley de modo que se facilite la entrada del capital privado y su competencia en igualdad de condiciones, en el mercado, en razón de sus contenidos y no gracias al colchón del dinero público. Pero esto debe ir más allá: las que estén mal gestionadas y supongan un coste para el bolsillo del ciudadano deberían ser cerradas.