¿Otro impuesto? Rajoy declaró ayer que apoyaba a Sarkozy en la aplicación de una tasa sobre las transacciones financieras. Argumentó que había que estudiarlo... ¡para imponerlo cuanto antes y siempre que no lo paguen los contribuyentes! ¿Pero sabe lo que dice? Tal gravamen se fijaría sobre los flujos de fondos entre entidades si una de ellas se encuentra en la Eurozona. Una medida recaudatoria que será motivo de deslocalización de operaciones justo cuando la banca aún tiene que recapitalizarse y, sobre todo, ha de provisionar pérdidas e incluso absorber a otras entidades.
De modo que contribuirá al cierre del crédito y encima se sumará, en el caso de España, a un alza de impuestos. La literatura académica es clara: cualquier ajuste hecho con recortes del gasto deparará un repunte del PIB antes y más fuerte que aquellos basados en alzas tributarias. ¿Es ésta es la política del crecimiento del PP? Cada vez más se dibuja un Gobierno conservador reacio al cambio, y no uno liberal. ¿No sería mejor que los recortes en la Administración se hagan antes que los incrementos impositivos? Además, parece que Rajoy se ha plegado a Sarkozy.
Aunque de esto cabe extraer una lectura positiva: nuestro presidente puede consolarse con que Francia le apoyará para que estemos en el núcleo duro del euro. Sin embargo, después de la rebaja de rating a Francia y Austria, también existe un riesgo. Podría darse una división entre los países, máxime tras el recorte de la calificación al fondo de rescate europeo. París puede empezar a considerar que su estrategia de alinearse con Berlín no funciona, y Merkel se quedaría sola resistiéndose a que el BCE asista a los soberanos...