La gasolina y el gasóleo se suman al grupo de subidas con las que saluda el año nuevo. Las tensiones en Irán han presionado al alza el precio del crudo, un efecto que se amplifica en Europa por el debilitamiento del euro, que obliga a hacer un mayor esfuerzo económico para abonar la factura energética. Pero no acaba ahí la cosa. Los operadores de productos petrolíferos advierten de que en España el alza del barril aún no se ha trasladado a los carburantes con toda su fiereza. En las próximas semanas encontraremos sorpresas amargas en los surtidores, máxime si tenemos en cuenta que suelen incorporar una subida mayor que la del crudo. Con este horizonte, todo apunta a que la cuesta de enero, en este 2012, va a ser más escarpada y desde luego se va a extender a otros meses.