La parálisis de la actividad en la gran mayoría de los sectores productivos en España hace hoy más necesaria que nunca la apuesta por la internacionalización de las empresas y por el aumento de la participación de España en el comercio internacional. El sector exterior aporta el 30 por ciento del PIB, y las exportaciones y el turismo son los únicos motores que están tirando de la economía española. Acometer la reestructuración y renovación de los instrumentos de apoyo a la actividad exterior de las empresas es, pues, una tarea inaplazable, máxime en unos momentos en que la escasez de los recursos públicos obliga a sacar el máximo rendimiento a cada euro. La tarea del nuevo equipo de Comercio es ardua pero inaplazable. Es cuestión de supervivencia.