El Tesoro alemán ha emitido deuda a intereses negativos. Es decir, al vencimiento devolverá a sus prestamistas menos de lo que hoy le anticipan. ¿Por qué? Porque un título germano es el refugio más seguro frente a la crisis soberana de la zona euro, especialmente para un inversor extranjero, y no digamos si es de un periférico. Y en caso de que pasara lo peor, allí es donde menos mal irán las cosas, pues de romperse el euro, habrá una divisa germana fuerte detrás de las ruinas. Así, no hay quien tosa a los teutones.
Tras anotar de nuevo un récord de empleo en 2011, con más de 41 millones de trabajadores, el mejor dato desde la reunificación, y con sus exportaciones creciendo más de lo esperado, la posición negociadora de Alemania es cada vez más fuerte. Merkozy se escora hacia Berlín.