La publicación de las cuentas de la Casa Real supone un avance en la calidad democrática. Además, abre el melón para que se aplique un escrutinio aún mayor a todas las partidas, también las que se refieran a transporte o seguridad.
Y, por supuesto, obliga a que todas las Administraciones hagan lo propio y mejoren la información que se brinda al ciudadano, hasta ahora muy por debajo del nivel de transparencia de otros países de nuestro entorno. Por otra parte, las cifras que maneja nuestra Corona no se antojan elevadas si se comparan con instituciones similares en el resto de Estados.
Y parece adecuado que sólo el Rey y el Príncipe perciban una asignación... El resto de la familia tendrá que ganarse la vida sin recurrir a actividades que falten a la ejemplaridad. Trabajo no les va a faltar.
