Editoriales

Editorial: BCE, necesario pero no suficiente

Comienza bien la operación del BCE, la financiación ilimitada a tres años al 1% a la banca, un sector malherido por la crisis, afectado por la parálisis del crédito en los mercados privados y que se encuentra el interbancario yermo. Este oxígeno del BCE, una suerte de flexibilización cuantitativa europea en virtud de la cual los bancos podrían comprar deuda pública con rendimientos muy superiores al coste del préstamo, era necesaria para aflojar las tensiones y facilitar que las entidades se puedan preocupar de algo más que de sus vencimientos. De sanear sus balances, sin ir más lejos, un paso necesario para tratar de restablecer la normalidad.

Ayer la inyección del banco de Fráncfort, 489.000 millones, rebasó las previsiones, lo que revela una agónica sed de liquidez en las entidades y evidencia la gravedad de los problemas que atraviesan. No sólo eso, sino que la actuación del BCE puede reforzar el vínculo bancos-Estados-bonos tan consustancial a la crisis de deuda europea y que tanto se ha tratado de disolver. Y vuelve a los bancos aún más dependientes del organismo que preside Draghi. Esta respiración asistida era necesaria, permite vivir al enfermo bancario, pero no es suficiente, porque a la economía real no le basta con vegetar, necesita volver a caminar, algo que este auxilio del banco central no propicia a corto plazo. Los bancos han de reforzar su capital como manda la EBA y tienen mucho que depurar si quieren apuntalar su solvencia. Sólo así este auxilio financiero del BCE llegará más adelante a filtrarse a la economía real, el objetivo último e indisoluble de la reprogramación del sector bancario europeo.

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