Se ennegrece el horizonte. CEOE augura un 2012 sin crecimiento... de la actividad. El desempleo, ése sí, seguirá subiendo, hasta los 5,2 millones. Y eso no en el peor supuesto, que sería de una caída del PIB del 1,2% y un paro de 5,5 millones. En uno u otro caso, la anemia perniciosa minará la demanda, el consumo, el gasto y la inversión, lo que no da cancha al dinamismo y la contratación, máxime cuando las exportaciones se verán resentidas por el declive de nuestros compradores.
El que la coyuntura se decante a uno u otro perfil dependerá de la evolución de la crisis de deuda europea y las reformas. Así pues, Rajoy debe manejarse entre la reactivación y el ajuste. Debe ser firme y veloz con las medidas. Ni parches, ni medias tintas, como hasta ahora. Ya hemos visto que se miden en paro enquistado.