Editoriales

Editorial: Viento a favor para nuestra banca

El dúo Merkozy comenzó la semana serenando los mercados al sentar los puntos de apoyo para la fe en la cumbre europea de mañana y pasado. Entre ellos, la declaración de la singularidad de la quita de Grecia y el compromiso de que el sector privado no volverá a sufrir pérdidas a causa de los rescates. Ello tiene una implicación beneficiosa para la banca española, al aligerar sus necesidades de capital.

La valoración mark-to-market de la deuda soberana en manos de las entidades financieras españolas obligaba a devaluar ésta en un 2%, lo que acentuaba las dificultades para cumplir con los criterios más duros impuestos por la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas anglosajonas), del 9% del capital de máxima calidad.

Con las nuevas determinaciones francoalemanas, los titanes de nuestra banca se ahorran su particular factura en los rescates, cuantificada en 4.800 millones en provisiones de deuda y los vericuetos para esa recapitalización más gravosa. Un lastre menos para un sector que atraviesa duros momentos, con el negocio español maltrecho, las dificultades de financiación y la sequía del crédito coartando la recuperación.

Tras hablar Merkel y Sarkozy, ahora ha de pronunciarse la EBA: determinar cómo deberá computarse la deuda pública en manos de la banca o si admitirá las acciones y deuda corporativa como activos de máxima calidad, lo que es de facto una rebaja del requisito del 9% y contribuye a rebajar la presión sobre el sector financiero. No basta con dar un espaldarazo a la banca en los momentos duros; hacen falta reglas del juego claras y perdurables para conjurar la incertidumbre.

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