Las CCAA tiran la toalla. Ayer los barones admitieron ante Rajoy que en el último trimestre empeorará su saldo negativo y en algunos casos, como el de Castilla-La Mancha, pudiera llegar al 8%, lo que desvanece que España cumpla con el 6% de déficit que marca Bruselas.
Salgado defiende que hay margen para asumir incumplimientos, al margen del nudo contable que deje para el siguiente ejercicio tras adelantar Sociedades para obtener caja. Lo esencial ahora es conocer el estado real de las cuentas y arrancar el compromiso férreo de las autonomías para 2012. El presidente electo acierta al mostrarse firme en esta dirección: fijará un techo de gasto y una cultura de optimización de recursos. Debe ser firme. La credibilidad, nuestra financiación y su mayor coste están en juego.
