Editoriales

Editorial: Cuidado con la deuda

El pasado viernes Italia tuvo que abonar un 6% de interés por sus bonos a 10 años, una cifra que bordea el abismo del impago pese a la anunciada solución europea. Y estas dudas pueden salpicarnos en cuanto vayan aflorando una serie de realidades: el peso de cinco millones de parados en los presupuestos; el desembolso necesario para el saneamiento del inmobiliario aparcado en los balances de nuestros bancos; las dificultades existentes para cumplir con el 6% de déficit del Estado en parte por culpa de las comunidades autónomas y, por ende, una deuda que podría seguir disparándose hasta rozar el 80% del PIB, justo el umbral que Rogoff y Reinhart consideran un lastre que impide el crecimiento después de haber estudiado la dinámica de las crisis financieras.

Y conforme se apliquen mayores recortes y las reformas ineludibles, éstas tendrán un efecto contractivo en la economía, algo que ya demostró Alemania en 2002. Si además hay que enajenar activos para descargarse de la deuda, entonces se puede acentuar un proceso deflacionario que agudizará la crisis. Y los impulsos keynesianos a golpe de gasto público tan sólo se han traducido en más endeudamiento. De modo que resulta esencial que salgamos de semejante espiral. A falta de mayores apoyos en Europa, hace falta que cumplamos con nuestros compromisos y nos ajustemos a toda velocidad para poder restaurar la competitividad, el crédito y por tanto el crecimiento. Irlanda lo ha hecho llegando a rebajar sus costes laborales un 20% de media... y ya crece.

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