Desde que estallase la crisis financiera que derrumbó los cimientos de Wall Street, mucho se ha escrito sobre la vida de aquellos que en su día fueron considerados como verdaderos privilegiados del distrito financiero de la Gran Manzana. Entre los escombros de aquella etapa dorada, donde el riesgo y los beneficios iban de la mano, todavía quedan memorias de prosperidad en la que el día a día era un verdadero subidón de adrenalina.
Anne Erni conoció de primera mano los años de gloria de Lehman Brothers, el banco financiero que acabó siendo pasto de la excesiva confianza de su consejero delegado, Richard Fuld. Esta mujer que todavía ronda los 40 es el prototipo perfecto de ejecutiva curtida entre las agresivas paredes de un banco de inversión.
Aunque actualmente el panorama de la industria ha sido pasto de su propia avaricia, y la administración Obama promete cercar todas y cada una de sus actividades, Erni es de las pocas mujeres que llegaron a ocupar un alto puesto de responsabilidad dentro de la que fuera considerada vaca sagrada del sector financiero.
El ascenso y la caída de Wall Street
Licenciada en Relaciones Internacionales y con un master en el mismo campo, Erni se labró una ardua carrera en la sala de comerciales de Lehman Brothers. Ser mujer y trabajar en el piso donde cientos de traders se despellejaban por conseguir clientes no era tarea fácil, sin embargo su astucia consiguió elevarla hasta convertirse en directora de diversidad de la maltrecha entidad.
Los años dorados en Lehman se conviritieron en un ir y venir de reuniones, negociaciones, discusiones con Dave Goldfarb, por aquel entonces director administrativo y Joe Gregory, presidente y director de operaciones. Casada y con dos hijos, Ernie no podía evitar hacer referencia incesante a sus retoños y reconocía lo duro que era mantener un balance entre su vida personal y una fulgurante carrera profesional.
El colapso de Lehman a finales del año pasado la hizo interrumpir momentáneamente su vida para dar el salto a Barclays, donde tras sólo unos meses, acabó abandonando la compañía. Erni ha vivido muy de cerca el ascenso y la caída de Wall Street, por eso ahora prefiere centrar sus esfuerzos en ejercer como consultora en 13 Chairs LLC, una compañía de recursos humanos.
Sin embargo, pese a haber tenido suerte, de vez en cuando echa en falta aquel ajetreo en el corazón financiero de la Gran Manzana. A día de hoy sigue confiada que la industria es como un ave fénix que logrará renacer de sus cenizas.