Economía

Dos de cada tres españoles creen que la situación del país será peor que en 2008

Ni el espíritu navideño ha conseguido hacer frente a pie de calle al pesimismo sobre la situación económica del país y de los hogares. Dos de cada tres ciudadanos -el 64%- afrontan este 2009 sin visos de mejora en la economía en general. En el mes de diciembre, un 29% de la población consideraba que, en los próximos 12 meses, la economía española será mucho peor; mientras que el 35% es de la opinión de que a cierre de año será un poco peor.

Estas cifras contrastan con aquellos tiempos en los que el sentir general veía de lejos el fantasma de la crisis: en enero del año pasado tan sólo un 41% de la población era de la opinión de que en 2008 la economía empeoraría.

El optimismo brilla por su ausencia

Por el contrario, el optimismo brilla por su ausencia en la encuesta IG-Investiga, elaborada en exclusiva para elEconomista. Sólo un 3% de la población tiene esperanza en comer las próximas uvas un poco mejor que las de 2008 gracias al conjunto de medidas anticrisis adoptadas. Esto representa la mayor pérdida de optimistas de los últimos doce meses -en los primeros meses de 2008 este porcentaje llegó a situarse incluso en el 12%-.

Mientras, los que prefieren no inclinarse por una opción ni por otra, es decir, quienes creen que todo seguirá igual este 2009 son el 23% de la población, 14 puntos menos que doce meses antes.

Final de año siempre ha sido momento de hacer balance y, en este punto, pueden extraerse varias conclusiones: cuatro de cada diez entrevistados veían mucho peor su situación el pasado diciembre a un año vista, en cambio el pasado enero eran sólo el 11%; en el mismo periodo, el porcentaje de quienes veían pocos cambios en el horizonte ha descendido del 30 al 13%; mientras que los que, entonces, veían mejoras a futuro han pasado de ser 7 a sólo uno de cada cien encuestados.

Economías domésticas

Algo menos pesimistas, pero en una situación alejada de tirar las campanas al vuelo, ven los encuestados la evolución de sus economías domésticas. En este punto, el 41% de los ciudadanos considera que la situación económica de su hogar empeorará algo o mucho a lo largo del año. Doce meses antes, ese porcentaje era sólo del 26%.

Sin embargo, lo que ha mejorado ligeramente en la recta final del pasado ejercicio es el porcentaje de personas que defiende que sus huchas permanecerán estables en los próximos meses: casi uno de cada dos hogares, alentados por la mejora del euribor y de los precios en general, considera que no sufrirán grandes cambios pese a la evolución de los acontecimientos.

La visión positiva aplicada a las propias familias, tocadas ya directamente por la crisis económica, se ha reducido siete puntos hasta situarse apenas en el 4%.

Echando la vista atrás, el 52% de los hogares consideraba a finales del año pasado que sus finanzas habían empeorado un poco o mucho desde que comenzó 2008 (14 puntos menos que doce meses antes). Mientras, el 44% defendía que apenas les afectaron todas las turbulencias vividas en las economías más cercanas.

El consumidor

La faceta en la que el pesimismo de los ciudadanos tocó suelo a finales de 2008 fue la de consumidor. El índice que mide su grado de confianza se situó en el mínimo histórico a este respecto, teniendo en cuenta que lleva desde el pasado junio inmersa en esa espiral negativa. Pero en diciembre la comparativa llegó incluso a superar los mínimos alcanzados en la anterior crisis económica de 1993: el índice se situó en -88 puntos, en una escala en la que -100 es la situación más desfavorable y +100 es la de mayor confianza.

Esa falta de confianza apunta directamente a la capacidad de ahorro de las familias españolas. Ésta se ha visto mermada a lo largo de 2008. Pero en el mes de noviembre la tendencia empezó a cambiar, el Índice de Ahorro Familiar recuperó tres puntos en ese mes hasta situarse en -26 puntos, situación que se volvió a repetir en el mes de diciembre con otra subida de dos puntos, con la que se situó en los -24 puntos.

Esta mejora del índice se puede interpretar como una reacción directa del recrudecimiento de la crisis, ya que cuando el consumidor prevé un empeoramiento de la actividad económica del país, éste favorece su disposición al ahorro por la falta de confianza. Otro factor importante que beneficia a que las huchas se llenen es la caída que ha sufrido el euribor en diciembre, después de que tocara techo a finales de septiembre, que se traduce en una cuota de hipoteca menor cuando se revise la misma.

El miedo lleva a ahorrar

La condición de ahorro se ve también reflejada en las preguntas de la encuesta. Así, casi la cuarta parte de los encuestados respondieron que sí al propósito de ahorrar actualmente. Esto representa una mejora de dos puntos respecto al resultado de noviembre, del 22 al 24%. No obstante, el 73% del total consideró que sólo les llega para vivir al día.

En cuanto a la posibilidad de ahorrar en los próximos doce meses, el resultado es algo peor que el que se registraba a principios de 2008. El 72% de los ciudadanos respondió que no podrá ahorrar, frente al 26% que sí vio seguro o probable que ahorrará. En relación con la situación de noviembre, sí que se percibe cierta mejoría, al aumentar en tres puntos porcentuales los que están dispuestos a salvaguardar su dinero.

Y es que la posibilidad de ahorrar está relacionada directamente con la renta disponible del consumidor y la actitud que tome frente a sus gastos. Así, el 58% de los encuestados estimó que gasta lo que ingresa, habiéndose producido un descenso en esta opción de 5 puntos porcentuales desde noviembre. No obstante, hay otras opciones como la de endeudarse por la que apostó un 5% de los entrevistados, o la de echar mano de los ahorros, opción del 10% de la población.

Los precios asustan menos

El terror que transmitía la incesante subida de los precios al consumidor parece que se apacigua mes a mes. Diciembre es el sexto mes consecutivo en el que el Índice de Percepción de Precios, que elabora IG-Investiga, descendió. Ésta vez lo hizo diez puntos respecto a noviembre hasta situarse en los 21 puntos. Dicho resultado demuestra que los consumidores no se encuentran tan preocupados por el aumento de precios como lo estaban antes. Y esto puede ser debido al descenso de los precios del petróleo o porque conocen la evolución descendente de los datos de inflación, que en noviembre se situó en el 2,4%, descendiendo en diciembre hasta el 1,5%.

El optimismo de los consumidores a este respecto se manifestó cuando fueron preguntados por la evolución de los precios en el último año. A ello, el 30% de los encuestados respondió que han aumentado muchísimo, este porcentaje respresenta la cifra más baja de 2008. Sin embargo, cuando se pone a examen la evolución de los mismos en los próximos doce meses, las previsiones favorables aumentan. El porcentaje de la población que considera que los precios aumentarán muchísimo descendió en diciembre hasta el 6%, bajada importante teniendo en cuenta que en el mes de octubre era el 17% quien mantenía esta percepción.

No obstante, la mayoría de los encuestados opina que los precios aumentarán: el 35% estimó que aumentarán bastante; el 21%, que subirán un poco y el 22%, que permanecerán estables.

La percepción de los precios repercute directamente en la decisión de efectuar compras importantes. Así, aunque la mayoría de las personas encuestadas en diciembre consideró que no es un buen momento para efectuar una gran compra, exactamente el 66% del volumen de entrevistados, la cifra disminuyó 3 puntos porcentuales respecto a noviembre. De la misma manera, aumentó el porcentaje de encuestados que sí cree que es un momento favorable, creciendo del 6% registrado en noviembre al 7% de diciembre.

Según IG-Investiga, este aumento puede estar ligado a que los consumidores opinan que las condiciones de compra (precios o plazos de pago) pueden haber mejorado para incentivar una demanda escasa por la crisis y a su vez ahogada por la limitada confianza con la que la afronta el consumidor.

Más pesimismo, algo más de ahorro y precios más bajos

Índice de Confianza de Consumidor

Oscila entre el máximo de confianza (+100) y su nivel mínimo (-100)

Fuente: IG-Investiga / elEconomista

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