
Hoy faltan 29 días para que el demócrata Barack Obama tome posesión de la Casa Blanca. Y la euforia se ha desatado en todo el mundo, convirtiendo el próximo 20 de enero en una fecha para el recuerdo? ¡y para el negocio! Desde hace semanas intentar encontrar un hotel en la capital norteamericana para los días previos a la ceremonia se ha convertido en una misión imposible. Sin embargo, muchos están dispuestos a tirar la casa por la ventana para ser testigos de uno de los acontecimientos más importantes del siglo XXI.
Pese a la grave crisis que acecha a EEUU, muchas cadenas hoteleras han decidido hacer su agosto con la llegada de Obama a la Presidencia. De hecho, el Hyatt Regency Hotel ha preparado un "paquete presidencial" al módico precio de 75.000 dólares (54.202 euros) para disfrutar de la toma de posesión a cuerpo de rey. A parte de su alto coste, el plan se presenta irresistible para un total de ocho personas: servicio de limusina, recepción privada, tratamientos de belleza, visita turística por la capital del país y cenas regadas con el mejor vino. Para aquellos que no puedan sufragarse tan alto precio, el Hyatt también ha preparado un paquete para dos personas, con las mismas prestaciones pero mucho más asequible, alrededor de 25.000 dólares (18.067 euros).
Pero no sólo los hoteleros quieren sacar tajada del evento. Los dueños de casas han decidido rentabilizar sus viviendas durante los cuatro días que durarán las celebraciones de la toma de posesión: se alquilan por la semana entera por entre 1.500 y 10.000 dólares (entre 1.000 y 7.200 euros).
Récord de asistencia
Una vez más se confirma que Obama convierte en oro todo lo que toca. Si durante la campaña electoral rompió todos los récords de recaudación, ahora hará de oro a la industria turística de la ciudad, que será su casa durante los próximos cuatro años. Para la ceremonia del 20 de enero se han reservado 250.000 entradas que garantizan un buen lugar desde donde ver la jura y el desfile posterior en el corazón de la ciudad. Pero el comité organizador calcula que en total habrá 1,5 millones de personas que asistirán a tan importante evento, la cifra más alta desde la toma de posesión de Lyndon B. Johnson en 1965, que fue de 1,2 millones de personas.
Hasta 29.000 euros se pagan en la reventa
Tal es el furor, que en la reventa los tickets llegan a revenderse por 20.000 y 40.000 dólares, (entre 14.454 y 29.000 euros), según datos revelados por la cadena de televisión por cable CNN.
La situación es tal que la senadora Dianne Feinstein, presidenta del comité organizador, ha redactado una ley para prohibir la reventa. "Tuvimos informaciones de que hay gente tratando de vender entradas por más de 40.000 dólares. Esto es desmesurado y no debe ser permitido", afirmó Feinstein en un comunicado.
Costará menos que la de ceremonia de Bush
A la espera del 20 de enero, parece que la Obamamanía se ha convertido en un estímulo económico por sí misma. Aún así, pese a que las malas lenguas apuntaban que los actos inaugurales podrían dejar las cuentas de la capital estadounidense al borde de la quiebra, lo cierto es que la ristra de eventos planeados para la ocasión costarán menos que los organizados para el presidente saliente, George Bush.
Mafara Hobson, la portavoz del alcalde de la ciudad, Adrian M. Fenty, reconoció que "no sabemos cuanto vamos a gastar" pero añadió que, de momento, "tenemos un límite de 15 millones de dólares" (unos 11 millones de euros). Cuando Bush retomó el cargo en 2005, cerca de 300.000 personas invadieron Washington D.C. y la ciudad invirtió un total de 17,3 millones de dólares en los acontecimientos (12,5 millones de euros).
Recorte presupuestario
Aunque de cumplirse las previsiones se ahorrarán 2,3 millones de dólares, el montante es muy alto para la delicada situación económica de la capital americana, que recientemente anunció un recorte de 130 millones de dólares (93 millones de euros) en su presupuesto para hacer frente a la falta de liquidez que vive el país como consecuencia de la crisis financiera.
En términos de seguridad, el despliegue también será monumental. Cerca de 11.000 soldados y 4.000 policías locales tomarán en estos días la ciudad para controlar que todo sale bien, para lo que también se instalarán unas 5.000 cámaras de vigilancia. Entre los festejos previstos se espera la actuación de la reina del soul, Aretha Franklin, además del coro de niños y niñas de San Francisco, la pianista Gabriela Montero o el violinista Itzhak Perlman, entre otros.
Claro está que con la que está cayendo y con la inminente firma de un segundo plan de estímulo que podría oscilar entre los 675.000 y 775.000 millones de dólares según adelantaba The Wall Street Journal esta semana, cualquier tipo de exceso es cuestionable. Durante la presentación el pasado jueves de Mary Schapiro, su elegida para dirigir la Comisión de Mercados y Valores estadounidense, (SEC, por sus siglas en inglés), Obama no dudó en poner de manifiesto que se sentía "frustrado por la falta de supervisión adulta" en los mercados financieros de EEUU. Ahora habrá que ver si el presidente electo es capaz de someterse a sus propias reglas y evitar que su toma de posesión acabe por convertirse en un pozo sin fondo.