El Ministerio de Hacienda que comanda María Jesús Montero ha hecho suya la idea del exministro Cristóbal Montoro de facilitar una quita a la deuda autonómica a través de la rebaja de intereses y el alargamiento de los plazos de devolución del pasivo. Cataluña, en manos de Quim Torra, será la máxima beneficiaria de la medida de gracia, ya que a día de hoy debe más del 70% de su endeudamiento al Estado por los préstamos que ha ido obteniendo a través del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) desde el año 2012.
"En ningún caso habrá perdón de principal", aseveran fuentes del entorno de Montero a este periódico, y que vienen a desmentir informaciones de otros medios relativas a una posible condonación de una parte del enorme volumen de deuda en manos de la Generalitat -de casi 77.500 millones de euros, 2.600 millones más que un año antes-. Sin embargo, sí habrá un gesto. "Y no tanto por Cataluña, sino por la Comunidad Valenciana, que es quien ha liderado la demanda, y también por Andalucía", señalan esas fuentes. La quita será a la griega.
Respecto al cuando, el Ministerio de Hacienda no precisa la fecha, pero hace el anuncio apenas unos días antes de que el president Quim Torra se vea en el Palacio de La Moncloa con el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, y después de un mes en el que los gestos entre partes han sido considerables pese a la dureza, en ocasiones, de los discursos. Lo que sí aseguran los de María Jesús Montero es que en breve se van a convocar dos Consejos de Política Fiscal y Financiera (CPFF) en los que se podría abordar esta cuestión, pese a que en principio se vayan a celebrar para fijar los objetivos de estabilidad, déficit y deuda por administraciones públicas.
Cataluña, la más endeudada
Pese que en porcentaje de deuda sobre PIB es la Comunidad Valenciana la autonomía en peor situación, Cataluña es quien concentra el mayor volumen de pasivo de todo el país, con esos casi 77.500 millones anteriormente citados. Esta región es, además, la que más difícil tiene su vuelta a los mercados porque a día de hoy obtiene la peor nota de calificación de toda España por parte de las agencias Standard&Poor's, Moody's y Fitch -el equivalente al bono basura-, sin que además haya perspectiva alguna de un cambio de imagen en el exterior. Los mercados aún tienen muy presentes los disturbios del 1-O y la posterior declaración de independencia fallida en el Parlament.
De esa manera, la quita a la griega que maneja Hacienda convertiría al Govern en la institución más favorecida, ya que a día de hoy debe más de 54.000 millones a la Administración Central por los préstamos de los últimos años, aunque también será significativo el impacto en el resto de las comunidades autónomas del Arco Mediterráneo.
Según los últimos datos del Banco de España, Murcia, por ejemplo, debe menos al Estado, 7.205 millones, pero esa cantidad supera el 80% del total de su deuda. Y Valencia, en manos de Ximo Puig, aún tiene que devolver a Hacienda 37.000 millones, más del 81% de su pasivo. Andalucía, de donde viene precisamente María Jesús Montero, también tiene que devolver una enorme porción de su endeudamiento al Estado (concretamente 26.500 millones, el 77,7% del total).
Salir a los mercados
Al margen de la quita de Montoro y Montero, el Gobierno también tiene la intención de propiciar una vuelta rápida del mayor número de autonomías posible a los mercados, con el fin de normalizar la situación financiera y finiquitar de una vez por todas la vigencia de los mecanismos de apoyo de Hacienda, que se crearon con caracter excepcional en 2012, en plena crisis.
Se da la circunstancia de que Montero, como consejera del ramo en Andalucía, lideró la corriente autonómica a favor del fin del FLA. Junto a Baleares, esta comunidad solicitó a su predecesor en el cargo, Cristóbal Montoro, permiso para endeudarse. Un permiso que a día de hoy está a punto de dar a otras regiones, tal y como confirmó este pasado jueves en una entrevista radiofónica. El FLA, así, quedaría para situaciones excepcionales, en línea con lo que pretendía el anterior Gobierno.