
Buenos Aires, 9 may (EFE).- El presidente argentino, Mauricio Macri, reveló este martes que comenzó a negociar con el Fondo Monetario Internacional para recibir un préstamo, un anuncio que despertó todas las alarmas en un país en el que, según el experto José Luis Espert, esa entidad se asocia al "fracaso económico".
"Ha sido, más que nada, un manotazo de ahogado para calmar el mercado financiero por una semana", asegura el economista argentino en una entrevista con Efe en Buenos Aires en la que considera que el mensaje del Gobierno fue "poco serio" y "poco sólido".
Después de varios días en los que el peso sufrió una fuerte depreciación frente al dólar que no lograron frenar ni las medidas del Ejecutivo ni las del Banco Central, Macri reveló ayer que pactó con la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, comenzar a negociar una "línea de apoyo financiero".
Según dijo, ese préstamo permitirá "fortalecer" su programa de "crecimiento y desarrollo" y recibir un "mayor respaldo" ante el "nuevo escenario global" para evitar una "crisis" local.
Espert asegura que se trata de una "mala noticia" que demuestra que Argentina "está en problemas de nuevo", algo que la ciudadanía no entiende después de haber escuchado "tantas loas" al Gobierno actual por parte de la comunidad internacional.
"En Argentina, el Fondo Monetario, y con razón, está asociado al fracaso económico", señala en referencia a las experiencias del pasado, especialmente, a las duras exigencias del organismo tras el préstamo que otorgó al país austral en 2001, durante la mayor crisis de su historia reciente.
Pese a que "el olor a fracaso" está en el ambiente, el experto advierte de que la situación actual no es de la gravedad de la de entonces.
"Esto es haberse ido a la división B de fútbol: hemos descendido de categoría", apunta el autor de 'La Argentina devorada' (Galerna, 2017), quien critica que el Ejecutivo de Macri no escuchase las advertencias de los especialistas y negase la realidad "por soberbia".
El Gobierno "miente" cuando achaca la situación del mercado cambiario a la coyuntura internacional y, en concreto, a la subida de las tasas en Estados Unidos, porque la crisis actual ha sido "totalmente autoinfligida", dice.
"El mundo puede haberlo empujado a estar en esta situación crítica, puede haber sido uno de los disparadores, pero la causa fundamental es que el Gobierno no ha demostrado tener un diagnóstico realista de la situación que recibió" del Gobierno de Cristina Fernández (2007-2015), añade.
Espert cree que el problema de fondo reside en que el país suramericano cuenta con un déficit fiscal "gigantesco", de un tamaño "impagable" por el sector privado, además de leyes laborales "de la época del fascismo italiano" y una economía muy cerrada al comercio.
"Son todas cosas que Argentina tiene que cambiar para tener futuro. Y de esto Macri se encargó de no decir nada, sino de vender una felicidad de globos amarillos que no tenía ningún sustento", denuncia.
Además de las medidas fiscales, el economista considera que el otro gran fallo del Ejecutivo es su política monetaria, ya que, desde que el frente conservador Cambiemos llegó al poder en diciembre de 2015, no descendió la inflación y continúa como la segunda más alta de la región, solo por detrás de la de Venezuela.
Por ese motivo, no comprende que el Ejecutivo insista en mantener su meta del 15 % de inflación para este año cuando, solo en los tres primeros meses de 2018, los precios al consumidor acumularon un aumento del 6,7 %, y cree que terminará por ubicarse alrededor del 25 %, como en 2017.
"La inflación es el peor impuesto que puede haber sobre la moneda", motivo por el que los argentinos suelen pensar en una moneda que no se deteriora tanto, como es el dólar, afirma.
Toda esta situación ha provocado, en su opinión, el "fracaso del gradualismo" del Ejecutivo como se planteó hasta ahora. A partir de este momento, comienza uno de otro tipo que dependerá de las condiciones que imponga el FMI a la hora de prestar una línea de crédito.
Esta se calcula que será de entre 25.000 y 30.000 millones de dólares, algo que Espert piensa que no servirá, debido a que el Banco Central ya perdió 8.000 millones de reservas en los últimos dos meses y el próximo martes, por el vencimiento de las Lebac (las letras de la entidad monetaria) se deshará de la mitad del dinero restante.
Aunque admite que las crisis financieras "han hecho caer Gobiernos" en el país, espera que no ocurra lo mismo con el de Cambiemos, que sí ha generado "movimientos favorables", como el fin del cepo cambiario o la salida del cese de pagos de la deuda externa, lo que atrajo capital financiero e hizo que la economía se recuperase y se redujesen la pobreza y el desempleo.
Si Macri logra culminar su mandato, sería el primer presidente no peronista en lograrlo, algo que el economista considera necesario para "demostrar a una sociedad que está muy enferma que hay vida después del peronismo".
"Si no terminara su Gobierno, estaríamos asistiendo a una verdadera cruz porque el único partido que puede gobernar en la Argentina es el peronismo, pero el peronismo destruye el país. Sería una tragedia", asevera.