
La temporada 2017-2018 está cerca de su final. Dos jornadas le quedan. Serán dos reuniones de partidos intrascendentes. Apenas nada está en juego. Al menos en lo que se refiere a los premios deportivos que se consiguen cada campaña. Asunto distinto son los premios económicos. En LaLiga ya no existen partidos 'basura'. Además del honor, sus contrincantes se juegan mucho más. Se juegan un saco saco de millones. Poca broma.
En los premios deportivos, el Barcelona es el campeón desde hace semana y media. Los puestos Champions (del 2º al 4º) ya tienen dueño. En este apartado, la reestructuración de la próxima Champions convierte en intrascendente la posición definitiva en esta zona de privilegio. Todos van por la vía directa. Se acabaron las fases previas.
En los puestos de Europa League, el Betis y el Villarreal ya tienen su billete. Falta por definir el tercero que irá al viejo continente. Getafe, Girona y Sevilla pugnan por la plaza. Es lo único emocionante que le resta a un campeonato que también conoce sus tres descendidos: Depor, Las Palmas y Málaga.
La importancia de la clasificación
Con este panorama, la percepción generalizada es que lo que suceda en estos dos últimos partidos no es relevante. Que resulta intrascendente quedar 10º o 17º más allá del buen sabor deportivo que produce estar muy arriba en la tabla. Falso. Sí es trascendente.
Lo es desde que LaLiga, en colaboración con el Gobierno, impulsó un nuevo modelo de reparto de los ingresos por la explotación y comercialización (plasmados en el Real Decreto-ley 5/2015, de 30 de abril -aquí puede descargarse el documento-) en el que la clasificación tiene un peso importante.
Pero vayamos por parte, ¿del total de la tarta televisiva, cuánto le toca a la Primera y cuánto en Segunda? Tomando como ejemplo los datos que LaLiga hizo oficiales sobre la temporada 2016-2017, ésta sería esa distribución entre Primera, Segunda y el Fondo de Compensación:
De todo lo que se reparte entre los equipos de Primera División, el 25% del total que perciben todos los equipos se asigna en función de la clasificación histórica:
En esa clasificación histórica (311 millones en la temporada 16-17), la clasificación lograda en la última temporada tiene un peso mayor que las otras cinco anteriores:
Una vez se hace el cálculo de ésas cinco últimas temporadas, se elabora una clasificación para asignar el total por la clasificación histórica en la que a cada uno de los equipos le toca, en función de esa tabla del último lustro, el siguiente reparto:
En este reparto queda claro que, para las arcas de los equipos implicados en la llamada zona de nadie, los partidos de la basura no existen. Lo importante es quedar cuanto más arriba mejor. Y ya no por honor deportivo. El dinero cuenta. Mucho. Muchísimo.