La remodelación del Gobierno de Alexis Tsipras ha sido limitada, pero los cambios en Defensa y Economía son lo suficientemente significativos como para provocar reacciones, tanto dentro como fuera del Gobierno de Syriza.
Solo seis personas ocupan nuevos cargos en el reorganizado gabinete, y sin duda la sorpresa es la reaparición de Fotis Kouvelis en la escena política griega, como nuevo secretario de Defensa. Con 69 años, es un viejo conocido en el panorama heleno. Antiguo miembro de Syriza, se fue hace menos de una década para formar el partido "Izquierda Democrática". Como su presidente fue el tercer miembro del gobierno tripartito entre Nueva Democracia, Pasók e Izquierda Democrática, en 2012-2013.
Fue precisamente esta experiencia la que le costó confianza en el ambiente de izquierdas en Grecia, siendo socio de los dos partidos del bipartidismo que gobernó el país durante más de tres décadas. Kouvelis había sido sondeado para ser candidato a la Presidencia de la República Helena en 2014, y al negarse contribuyó a la caída del Gobierno de Samaras-Venizelos.
Ahora, Fotis Kouvelis va a tener como jefe superior en Defensa al vicepresidente del Gobierno, Panos Kamenos, con quien no mantiene las mejores relaciones. Esta convivencia, más allá de la sorpresa, constituye un reto para los dos, dado que no comparten ideas sobre sus actuales responsabilidades. Además, sus declaraciones del uno sobre el otro durante los últimos años no se podrían calificar como amistosas.
Sin embargo, en la ceremonia política (en vez de la religiosa, que es lo habitual en Grecia) que tuvo lugar la semana pasada, cuando se le otorgó oficialmente el cargo a Kouvelis, tanto él como Panos Kamenos se mostraron ansiosos sobre su convivencia y colaboración, especialmente en un ministerio delicado, como es el de Defensa.
Otra nueva convivencia que se describe como difícil es la de Yiannis Dragasakis, el otro vicepresidente del Gobierno, con Euclides Tsakalotos. Dragasakis es ahora el nuevo ministro de Economía, que tendrá que colaborar con Tsakalotos, el actual ministro de Finanzas. El objetivo, según lo declarado, es acelerar los procedimientos para la realización de Plan Nacional de Desarrollo del Gobierno de Syriza. Y puede que Dragasakis sea una persona que no crea tensiones y que ha colaborado con Tsakalotos en el pasado, sin embargo, mantiene fuertes relaciones con el sector bancario griego, con el que Tsakalotos ha contrastado varias veces, justo como su predecesor Yianis Varoufakis.
Cada reorganización de Gobierno es un pequeño ejercicio de equilibrios políticos y en gran parte descifra las aspiraciones políticas más importantes del jefe del Gobierno. En el caso de Tsipras, sin embargo, la reorganización del gabinete se centró en cambios de escala limitada y muy específicas.
Si se puede sacar una conclusión política de este acontecimiento es que Tsipras no planea más novedades y prefiere mantener para el futuro el as de una reforma estructural o incluso de unas elecciones anticipadas, en una situación potencialmente difícil para el Gobierno de Syriza. Y ciertamente no antes de la finalización de programa de ajuste fiscal en agosto.