A estas alturas de la crisis y con los tipos al 1% en EEUU, no cabe esperar que Bernanke insista en que hará todo lo posible para evitar la recesión o para hacerla menos profunda. Ya lo ha hecho. La Fed no sólo ha bajado los tipos desde el 5,25% en que se encontraban en septiembre de 2007 hasta el 1% actual, sino que ha tomado numerosísimas medidas radicales e inesperadas para tratar de inyectar crédito en la economía y de normalizar los mercados.
Por tanto, no puede prometer mucho más en este sentido. Ayer, en una conferencia ante empresarios en Texas, declaró que los tipos pueden seguir bajando y llegar a cero, pero advirtió que eso no va a ayudar mucho a la economía. Es decir, llegados a este punto, la política monetaria convencional tiene un margen muy limitado, y corre el riesgo de entrar en un escenario a la japonesa: con tipos cero durante mucho tiempo que no sirven para salir de la depresión o la deflación.
Entonces, ¿se puede hacer algo? Bernanke propuso algunas medidas que todavía no se han puesto en marcha y que a lo mejor hasta funcionan. La más comentada fue la posibilidad de que la Fed compre bonos del Tesoro o de otras agencias en "cantidades sustanciales" con el fin de bajar los tipos de estos activos y así tratar de estimular la demanda agregada. Estas palabras provocaron un nuevo rally de los precios de la deuda, cuya rentabilidad cayó a su nivel más bajo desde los años 50.
De hecho, la Fed ya ha empezado a tomar medidas de este tipo: la semana pasada, anunció su intención de comprar hasta 100.000 millones en deuda de Fannie Mae y Freddie Mac y hasta 500.000 millones en MBS (las titulizaciones hipotecarias cuyo desplome dio inicio a la crisis) respaldadas por estas agencias. Estas medidas se suman a las inyecciones ilimitadas de liquidez a la banca al mismo nivel que los tipos oficiales, igual que hace el BCE en Europa.
Igualmente, Bernanke piensa seguir inyectando dinero directamente a las empresas y mercados, saltándose el papel de unos bancos que han interrumpido la correa de transmisión de la política monetaria. Esta operativa comenzó con la compra directa de papel comercial (pagarés) que las empresas necesitan para financiar su día a día, y la semana pasada anunció dos nuevos programas para ofrecer más créditos hipotecarios y al consumo, y bajar sus tipos.
El problema de todos estos planes, según el cáustico Doug Kass de RealMoney, es que estas medidas a corto plazo se están financiando con compromisos a largo plazo... justo lo contrario de lo que debería ser una gestión eficiente: dolor a corto plazo para conseguir beneficios a largo.
En todo caso, Bernanke piensa seguir explorando soluciones imaginativas una vez que se ha quedado prácticamente sin capacidad para seguir bajando tipos. No sabemos si tendrá éxito, pero si muere en el intento, morirá matando.