El acuerdo de provisión por 20 años, que permitirá a Argentina cuadruplicar su abastecimiento de gas y que reportará a Bolivia unos 17.000 millones de dólares en ese lapso, expresa la prohibición de que el fluido sea revendido a terceros países, confirmó el vicepresidente boliviano, Alvaro García Linera.
SANTA CRUZ, Bolivia (AFX-España) - El acuerdo sobre gas suscrito el jueves por los presidentes Néstor Kirchner y Evo Morales establece una cláusula que prohíbe al gobierno argentino vender el gas importado a un tercer país, en clara referencia a Chile, nación con la cual La Paz mantiene un contencioso histórico por la salida al mar.
La cláusula ratifica un procedimiento que data de julio de 2004 cuando Bolivia se comprometió a exportar gas a Argentina, sumergida en una honda crisis energética, y le expresó esa condición.
En las puertas de un invierno que amenazaba con disparar la demanda interna en Argentina, Bolivia aceptó cobrar entonces un 'precio solidario' de 0,98 dólares el millón de BTU (Unidad Térmica Británica), es decir menos de 20% del precio establecido en el contrato que Morales y Kirchner sellaron este jueves en Santa Cruz.
Argentina, que comenzó importando de Bolivia 4,5 millones de m3, conjuraba así, por lo menos provisionalmente, el problema que le ocasionó la falta de inversión en el sector, privatizado en la década de los 90.
Argentina, que es a su vez exportador de gas, se vio obligada a raíz de la crisis energética a recortar sus envíos a Uruguay y sobre todo a Chile, cuya pujante industria depende en un alto porcentaje del gas argentino.
La cláusula de exclusión impuesta a Argentina en 2004 por el presidente boliviano de entonces, Carlos Mesa, y ahora por su sucesor Morales, busca aprovechar los apremios energéticos de Chile, que se ha dicho incluso dispuesto a pagar hasta 8 dólares el millón de BTU, precio vigente en el mercado asiático, para mantener en marcha su industria.
Pero el gas representa para el gobierno de La Paz un factor político: Bolivia apunta a recuperar una pequeña porción de los 400 km lineales de litoral que perdió en una guerra con Chile en 1879 y al efecto el país ha manejado la estrategia de 'gas por mar' (utilizar el gas como recurso de negociación para recuperar acceso al Pacífico), que fue aprobada en un referendo en 2004.
El gobierno de Morales ha mantenido una actitud cauta sobre este tema.
En agosto pasado el canciller David Choquehuanca se apartó de la línea de 'gas por mar', señalando que 'estamos dispuestos a venderle electricidad y gas (a Chile), porque podemos decir que 'mar por gas' suena a chantaje'.
Frente a esa declaración varias organizaciones sociales amenazaron con protestas y le manifestaron a Morales que podría correr la misma suerte del ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, derrocado en 2003 por acercarse a Santiago.
Dos días después y para calmar los ánimos el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, expresó que 'nuestro gobierno mantiene y también preserva lo logrado en el referendo de 2004', cuando un 87% de los bolivianos aprobó la estrategia 'gas por mar'.
Desde entonces el tema ha permanecido así.
Bolivia y Chile carecen de relaciones diplomáticas desde marzo de 1978.
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AFP/cl
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