Economía

Lawrence Summers, de niño prodigio de Harvard a director del Consejo Económico

El presidente electo, Barack Obama, no ha dudado en alicatar minuciosamente su séquito de consejeros económicos. Con la que está cayendo sobre la economía norteamericana, la elección de Lawrence Summers como director del Consejo Económico Nacional ha sido la guinda de un pastel.

Con Summers, Obama añade a su administración una figura polémica que ya dirigió el Departamento del Tesoro durante el último año de la era Clinton y fue presidente de la prestigiosa Universidad de Harvard. En el año 2006 y precisamente en este elitista centro universitario, fue donde Summers no dudó en poner en duda la destreza femenina para las ciencias durante una conferencia. Así, los hombres tienen más interes y sacrificio para la ingeniería científica, además de mayor destreza física y mental para estos menesteres. Claro está, que cuando estas declaraciones se filtraron a la prensa, Summers fue acusado de sexista y tuvo que abandonar su puesto en la Universidad.

Su poca congenialidad con el sexo opuesto quedó de nuevo demostrada cuando en 2003 la Administración Bush concedió a la Universidad de Harvard una beca de miles de millones de dólares para intentar prevenir la pandemia de sida en África. La doctora Phyllis Kanki fue inicialmente la encargada de administrar el dinero, pero Summers decidió tomar el control del asunto al no considerarla capaz de lidiar con tan magna suma y porque era veterinaria y no médico.

Una imagen deteriorada

No se crean que la sombra oscura de Summers se queda sólo en Harvard. Años antes, en 1991, cuando ejercía de economista jefe para el Banco Mundial, otro documento hizo temblar los pilares de su imagen. En un informe sobre polución afirmaba que el libre comercio no necesariamente beneficiaría el medioambiente en los países en vías de desarrollo. Pero el escarnio se produjo cuando en estractos de dicho estudio se aconsejaba trasladar las industrias más tóxicas a los países menos desarrollados.

Aún así, las hazañas de este economista en lo que a los números se refiere son impecables. Sus contribuciones en áreas como la macroeconomía, finanzas o economía laboral de EEUU han creado escuela. Al fin y al cabo, sus padres eran economistas y Summers es sobrino de dos premios Nobel en la materia, P. Samuelson y K. Arrow.

Un peso pesado en economía

Siempre ha sido un portento de la economía. Con sólo 28 años se convirtió en el profesor más joven de la historia de Harvard. Su familiaridad con los mercados financieros y su conocimiento de la mayoría de los líderes de todo el mundo le han colocado como uno de los pesos pesados entre el grupo de consejeros económicos de Obama. Summers siempre ha reiterado la necesidad de mejorar el acceso al crédito para el sector financiero y la necesidad de aprobar un segundo plan de estímulo económico.

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