
Madrid, 24 oct (EFE).- El 70 por ciento de la población está en régimen de alquiler en el Centro de la capital, donde el coste de la vida es más elevado, lo que unido a la escasez de servicios y la presión de los alquileres turísticos, aumenta el peligro de expulsión de los residentes habituales.
Esta es una de las conclusiones del nuevo Atlas de la Turistificación, que permite visualizar a través de mapas temáticos las transformaciones del paisaje urbano a partir de los alquileres turísticos.
Este proyecto ha sido impulsado por la arquitecta Ariadna Cantis, en colaboración con Mar Santamaría y Pablo Martínez, directores de 300.000 kms, una empresa especializada en visualización de datos y consultoría de urbanismo, con el apoyo de La Casa Encendida.
La herramienta, que se presenta hoy, contiene cinco mapas, de la vulnerabilidad, de la presión económica, de los lugares por donde caminan los turistas, de los lugares donde duermen y de la competencia que existe por el suelo.
Martínez ha señalado que el "kilómetro cero" del problema está en el Centro de Madrid, donde hay zonas en las que la sobre-posición de los cinco mapas revela que hay "un peligro de expulsión de la población".
"Se trata de edificios antiguos, de mala calidad, que son fácilmente reconvertibles en alquileres turísticos, ya que un inmueble sin ventilación y con poca luz en pleno Centro se puede colar en el portal Airbnb con una fotografía bonita, mientras que nadie pagaría por él un alquiler convencional", ha indicado.
El Atlas analiza las tendencias del sector del turismo con datos obtenidos de Google Trends, la fuente de datos abierta más grande del mundo para comparar las búsquedas que realizan millones de usuarios.
Actualmente, se habla más de "visitantes" que de "turistas" y hay un mayor interés por la gastronomía que por los museos.
En Madrid, las búsquedas relacionadas con "fiesta" o "sexo, drogas y rock and roll" están estancadas y los "bocadillos de calamares" despiertan más interés que los "churros", aunque ambos alimentos típicos de la capital van al alza.
En el año 2015, hubo un punto de inflexión en el que la búsqueda de hoteles bajó y se estancó, mientras que la de viviendas y apartamentos turísticos subió para continuar en ascenso.
Los autores también comparan los datos proporcionados por el portal Airbnb sobre las principales ciudades turísticas europeas: Amsterdam, Barcelona, Berlín, Londres, Madrid, París, Roma y Venecia.
Madrid cuenta con 13.000 anuncios en Airbnb, mientras que París tiene cuatro veces más (55.178).
Los precios de la capital española figuran entre los más baratos (64 euros), mientras que la más cara es Amsterdam (con un promedio de 131 euros).
La oferta de alquileres turísticos está muy concentrada en el Centro de la ciudad y en pocas manos, lo que desmonta la idea de que Airbnb es una plataforma colaborativa.
El 20 por ciento de los propietarios (1.600) tiene el 50 por ciento de la oferta y el 10 por ciento de los propietarios acapara el 50 por ciento de los ingresos.
El Atlas revela que, según datos obtenidos de la red social Flickr, la Puerta del Sol, la Plaza Mayor y el Palacio Real, son los escenarios donde los visitantes hacen un mayor número de fotografías.
La distribución de los hoteles es dispersa, mientras que los alquileres turísticos se concentran en el Centro de la ciudad tanto en oferta como en número de visitantes alojados.
El tejido hotelero no convive con el tejido residencial, mientras que los alojamientos turísticos sí lo hacen.
El Centro carece de equipamientos como escuelas y presenta una mayor concentración de franquicias, así como un mayor número de clientes en bares y restaurantes.
En algunos lugares de la ciudad, la proporción de alquileres de uso turístico es mucho mayor que la de alquileres convencionales.
La posibilidad de usar el suelo residencial como alojamiento turístico genera presión en aquellas zonas donde el coste de vida es mayor y donde la concentración de la población en régimen de alquiler es mayor.
Los apartamentos turísticos se disponen sobre los tejidos social y urbanísticamente más vulnerables.
Martínez ha destacado que la actividad de alojamientos turísticos produce desplazamientos de la población y ha planteado la necesidad de reformar la Ley del Suelo que permite la compatibilidad de uso entre el suelo residencial y las actividades económicas hoteleras.
"Tenemos una Ley del Suelo, propia de un modelo desarrollista en la que el turismo era algo fantástico, pero ahora puede convertirse en una actividad que transforma la ciudad y expulsa a la población", ha agregado.
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