
España avanza hacia un nuevo crecimiento del 3% este año, nivel "muy plausible" a juicio del presidente de la Autoridad Fiscal (AIReF), José Luis Escrivá. De hecho, los registros hacen que el ciclo económico esté volviendo a terreno positivo, en una imagen que recuerda a la del periodo comprendido entre 1999-2002, poco antes de la burbuja económica. Y por eso Escrivá pidió ayer, en la Comisión de Economía del Congreso, que se eviten "desequilibrios" que puedan llevar a nuestro país a un nuevo avance desaforado del PIB y, por ende, a otra crisis brutal como la que dio comienzo en 2008.
"Desde enero, los datos nos hacen pensar en un ritmo de crecimiento muy intenso", manifestó el presidente de la AIReF, quien cree que la actividad avanzará el 1% en el segundo trimestre (la tasa más elevada en dos años) y ello hará factible que el PIB sume el 3% este año, tres décimas más de lo que augura el Ejecutivo. España, de nuevo, se parece a la que hace casi veinte años, cuando paro y déficit descendían de forma constante y la economía encadenaba varios ejercicios de crecimiento.
Por eso la Autoridad Fiscal, en la presentación que hizo Escrivá ayer, sugiere vigilar de cerca posibles desequilibrios que puedan conducir a una nueva borrachera económica, si bien es cierto que, hoy por hoy, hay factores que hacen pensar en un avance más equilibrado.
Paro, déficit y PIB se parecen. Pero ahora familias y empresas muestran una tasa de ahorro superior, del 1,3% del PIB frente al 0,8% de entonces, y el nivel de inversión, "teniendo en cuenta que se compraron tantas viviendas que ahora queda mucho menos que comprar", es muy inferior. También es mucho mayor la capacidad de financiación de las empresas, del 1,3% del PIB frente a unas necesidades financieras del 3,5% hace casi veinte años, aunque en este caso las proyecciones de inversión son las mismas que entonces.
El otro factor diferencial es el "espectacular" avance de la exportación. "Estamos volviendo al mismo nivel de producción del año 2007 pero exportamos un 20% más", manifestó José Luis Escrivá, quien además pronostica que el incremento de las ventas al exterior se mantenga holgadamente por encima del 3,5% durante los próximos años. Esa tasa es compatible con el avance medio del PIB del 1,8% de los socios europeos y con un ligero repunte de la actividad mundial hasta tocar el ritmo del 4%.
El déficit sigue difícil
El presidente de AIReF, que comparecía en el Congreso por tercera vez en las últimas semanas, explicó ayer lo que piensa el supervisor sobre las previsiones macro de Presupuestos, que ahora sigue trámite en Comisión. Y el tono sigue siendo más benévolo con el Ejecutivo que en anteriores ejercicios. Las previsiones de crecimiento son "prudentes", la bajada del paro prevista es "factible", y los escenarios de inflación, tipos de interés y precios del petróleo, creíbles. Las fallas vuelven donde siempre: al déficit, a la deuda y a los ingresos.
"Al Gobierno le va a costar cumplir los objetivos de déficit que se ha marcado hasta 2020", señaló Escrivá, quien aún así muestra menos preocupación que en tiempos recientes porque el escenario que maneja AIReF es solo algo más pesimista. Así, el organismo augura que el desvío se sitúe en el 1,5% del PIB en 2020, un punto por encima de lo que cree el Gobierno. El problema, aunque Escrivá no lo mencionase ayer, aparece en el sistema de la Seguridad Social, con ese déficit latente de al menos 15.000 millones que costará revertir pese a que crezcan las cotizaciones.
Respecto a la deuda, las diferencias son también menores. Moncloa confía en bajarla casi 7 puntos en cuatro años, y la Autoridad Fiscal algo menos.
Por último, y respecto a los ingresos, la duda más importante del organismo tiene que ver con IRPF y Sociedades, ya que la estimación de IVA resulta "prudente" y el escenario contemplado para las cotizaciones, que este año recaudarán 110.000 millones, "se ajusta a la realidad".
Al margen, el supervisor advierte de que el gasto en Sanidad y Educación puede ser más cuantioso de lo que se prevé, especialmente en el terreno de la salud por el envejecimiento de la población y la tecnología empleada en medicina.
Por último, la inversión pública ha caído hasta situarse muy por debajo de la media europea, "tocando hueso", y podría ser "insuficiente" incluso para el mantenimiento del stock de capital acumulado.